Hola
Essay by people • August 30, 2011 • Essay • 2,172 Words (9 Pages) • 1,400 Views
Ha sido mi experiencia, y la de varios, durante el curso de mis años de estudio el participar de una educación undireccional, donde el profesor es quien recita la materia y los alumnos quienes escuchan y toman nota. Aunque se puede decir que en las clases siempre existe la oportunidad de exponer ideas propias y participar en el desarrollo de algún tema, son pocas las veces que se aprovecha esta oportunidad. Ya sea por falta de motivación, por falta de conocimiento o porque el tiempo es corto y se priorizan otras cosas para dar por pasados los contenidos, las instancias de una interacción más rica no se dan. Recursos Humanos II es el primer curso de la carrera que propone un estilo diferente de clase y, por ende, un modelo de alumno distinto cuyas características he comenzado a incorporar.
El perfil de clases de R.R.H.H II se aleja de las clases "típicas" del colegio y la universidad. Este es un curso en el cual cada alumno es profesor, cada opinión y punto de vista es tomado en cuenta y valorado por lo que es, una opinión. El sistema de clase funciona con el desarrollo de un tema por sesión. Cada alumno sabe con anterioridad el tema a discutir y tiene la oportunidad de llegar a la clase listo para ser un real aporte y no un asiento más. Además, como se cuenta con el tiempo suficiente para desarrollar ideas y compartir experiencias no existen problemas como "no lo alcanzamos a ver, estúdienlo por su cuenta". Ahora, pese a los cambios y a las libertades que el curso brinda todavía existen asuntos fundamentales a corregir, como lo son problemas de participación y compromiso de los alumnos para que el curso funcione como está previsto y que de éste se pueda generar real aprendizaje.
Es acerca de estos dos últimos puntos, participación y compromiso, que quiero centrar mi reflexión por considerarlos directamente relacionados a mi experiencia como alumno del curso y fundamentales para el logro de objetivos, no sólo a nivel de estudios sino a nivel profesional.
La participación en este curso, para mí, juega un rol importantísimo, ya que es la que posibilita el correcto desarrollo de la clase y es a través de ésta que las ideas y las interpretaciones de cada persona respecto a un mismo tema pueden ser expresadas. El problema surge cuando los distintos puntos de vista no se hablan ni discuten porque nunca son mencionados, las personas guardan silencio y no se aprovecha el espacio que brinda y que tiene como propósito este ramo. Muchas razones pueden haber para que la participación no se genere, pueden haber tantas razones como personas participantes, ya que cada uno reacciona o confronta las situaciones de manera diferente. Podríamos hablar de timidez, vergüenza, miedo al ridículo, inseguridad, temor, ansiedad o simplemente desinterés.
Para hablar acerca de la participación, me enfocaré en el concepto de ansiedad, que podría ser la madre de gran parte de las razones que mencioné como detractores de una buena participación (vergüenza, temor, miedo al ridículo, etc.) y que reconozco como elemento crucial en mis debilidades participativas. La ansiedad es un sentimiento de duda, nerviosismo o miedo que no siempre se reconoce o internaliza, lo que puede aumentar la sensación de angustia que uno llega a sentir. Aunque ha estado presente en la mayor parte de mi vida nunca antes había podido darle este nombre, para mí era simplemente miedo al fracaso, vergüenza o frustración y no sabía por qué me sentía de esta forma ni me había dado el tiempo para reflexionar sobre mis actitudes.
Este curso me proporcionó esa instancia de reflexión. Con cada clase fui siendo más consciente de lo que me ocurría. Cada silencio se hacía eterno y con cada pregunta directa me hundía en la silla y la sangre se me iba a la cabeza. Me di cuenta de que así había sido toda mi vida, atormentado por el miedo constante al fracaso, a equivocarme, al ridículo. Me considero una persona más bien estructurada y bastante tímida cuando no conozco a las personas, entonces cuando con R.R.H.H. perdí la estructura que venía siguiendo toda mi vida académica me sentí desconcertado. El que al hacer la clase el profesor no mencionara lo que pretendía que lográramos o que el silencio se apoderara de la sala sin que nadie diera pie para reanudar la conversación, sólo aumentaba mi ansiedad. No sabía por qué no reaccionaba o por qué tenía miedo. Pero al transcurrir el curso me fui dando cuenta de que estas excusas eran infundadas. Fui capaz de reflexionar sobre mi actitud frente a las situaciones y vi que no era el único que reaccionaba así. El silencio de cada clase, aunque incómodo, ayudó para generar un espacio de auto reflexión y fue durante esos silencios cuando me pregunté por qué no opinaba si yo sabía de lo que estaban hablando y tenía una opinión diferente, o por qué no hablaba cuando algo no me parecía y poco a poco fui descubriendo que estas mismas actitudes se repetían en otros cursos.
Aprendí que mi ansiedad se basaba principalmente en la pérdida de dependencia y en el miedo al fracaso y gracias al curso pude ir descubriendo las razones de mis actitudes para ir de a poco superándolas. El cambio va a ser una constante en mi vida y poder entender las diferentes etapas que lo componen y estar consciente de las reacciones frente estas situaciones son y serán de gran ayuda. Entender que mi ansiedad es causada por el miedo al fracaso y que este miedo es infundado porque nadie es dueño de la verdad absoluta, que una opinión bien fundada siempre es válida y valorada y que tengo los conocimientos suficiente para no temer al ridículo, me permitió desenvolverme mejor en las clases, no sólo en Recursos Humanos, también en los otros ramos y situaciones de mi vida personal.
Este fue el cambio más notorio que experimenté. Poder controlar, o más bien identificar las causas de mi silencio o temor, ha sido de gran ayuda, no sólo para los cursos de la universidad, sino también para mi vida personal y futuro laboral. Mi cambio fue interno y vi cómo mejoraba al ir opinando clase a clase. Aunque no daba un gran discurso, era capaz de plantear mi opinión o punto de vista y en otros cursos opinaba con más seguridad, ya que los temas me eran más familiares. Antes del curso
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