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La película cubre la cronología básica de la vida de Kahlo. Desde su juventud salvaje con el accidente de carro que cambió su vida y la dejó postrada en cama en un yeso en el cuerpo durante meses, a la reunión y se casó con el muralista Diego Rivera y las alegrías y las tristezas de su unión y el trabajo, los que están familiarizados con la vida de Kahlo no será tomado por sorpresa. El accidente del carro se filmó casi como un momento religioso en el que Kahlo despierta roto y vuelto a nacer. Y la cirugía del hospital se realiza por el Día de los Muertos esqueletos charlando era raro. Cuando Kahlo y Rivera ir a Nueva York, los vemos penosamente a través de una serie de tarjetas postales. Rivera se transforma en King Kong y a través de esta metáfora que ver a su ascenso y la caída en Nueva York.

Su familia, sus cirugías y el sufrimiento, su vida con Diego, todo sale en su trabajo. Y por una vez, junto con escena de sexo más de una que demuestra su pasión por la vida, también hay muchas escenas de su insoportable tratamientos y operaciones. En una escena, cuando finalmente se quita un yeso, vemos el polvo blanco que cubre los senos de una mujer joven, obviamente, está listo para reanudar los placeres de la vida.

Por supuesto, uno de los principales temas de la película es el amor entre Kahlo y Rivera y la forma en que permanecieron leales el uno al otro aunque no sin una fuerte dosis de sufrimiento. Su relación era complicada, obviamente, por las infidelidades de Rivera, Kahlo, aunque ella misma había numerosos asuntos. Su trabajo era casi secundaria durante muchos años, ya que fue el primero en una mujer que cocinaba y limpiaba y siguió a su marido dondequiera que él fue contratado para trabajar. Por supuesto, ella también era una mujer que bebió en las cantinas y celebró su propio terreno a la hora de la sexualidad.

Kahlo fue su propia musa y pintor. Pintó e interpretado a sí misma y no escatimar detalles sangrientos en el proceso. Su cuerpo de trabajo de su cuerpo del dolor.

Este resumen viene a su fin como Frida escribió en su diario de la derecha antes de su muerte "Espero alegre la salida y espero no volver jamás."